4 ene 2009
exigencia y promiscuidad
la música es infinita, la música es de muchas formas y sabores…
…entonces que cosa ganas siendo radical escuchando lo de siempre y sintiendo una mezcla de temor y orgullo por escuchar sonidos inexplorados? o que se yo, pero hay personas que se niegan sistemáticamente a estimular sus tímpanos con cosas que hasta quizá le agraden si se detuviera a descifrarlas.
lo comparo con el bolo alimenticio (además de ser una expresión que siempre me ha causado mucha gracia) cómo vas a saber si te gusta el camarón o la cucaracha frita si nunca lo has probado? so… coge la cucaracha, y no la juzguéis por su apariencia, ahora sentila en tu lengua, trata de sentirle cada pelo en cada pata, mastícala, descubre si vale la pena; pero la cucaracha buena no se disfruta tan fácil, yo por lo menos me he jartado unas que no me gustan si no hasta digerirlas bien, hasta que los jugos gástricos de mi estomago desdoblan cada huevo de cucarachito interior y revientan sabor oculto y jugoso.
lastimosamente para algunos, aquí no termina la analogía y continúan el proceso hasta cagar música.
ahora, no digo que hay que disfrutarlo todo, en el mundo y el inframundo hay grajos y bichos asquerosos y desabridos, la cuestión es de ser promiscuo pero exigente.
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